Mientras mejor conozcas tus fortalezas más rápido construirás un negocio próspero
Es muy lamentable y la verdad que no me extraña ver a nuestros jóvenes desatinar una y otra vez en la loable tarea de construcción de un negocio próspero. Desde hace mucho entramos en un mundo cuyo estilo de vida es, por antonomasia, agitado, por tanto esto influye en mayor o menor medida en nuestra incapacidad para auto percibirnos.
Lo que trato de decir, es que se ve más en estas últimas generaciones, ese fenómeno contemporáneo caracterizado por individuos absortos en un sinfín de tareas, de actividades diarias, que en su mayoría de veces son técnicas, y que lo separan peligrosamente de tener la bella oportunidad para estar consigo mismo a solas.
El negocio próspero comienza en ti
Si estamos imbuidos en tareas de trabajo diario; de actividades que no nos aportan valor como individuos ¿cómo conocer nuestro ser y de lo que es verdaderamente capaz ese ser, que somos nosotros mismos, a fin de cuentas? Si no trabajamos -porque es una forma de trabajo, y por tanto, de deber- en identificar nuestras fortalezas, estamos condenados a ser para nosotros mismos un extraño.
He conocido colegas que se quejan porque sus negocios no van bien. Les pregunto, que hicieron últimamente para que pase lo contrario. Y dicen que han perdido tiempo hablando todo el día con clientes que al final del mismo, terminan por aceptar solo parte del trato.
La ironía aquí, está en que estos colegas no se dan cuenta de lo que han logrado, y menos de sus fortalezas: el uso de las habilidades comunicativas y la persuasión jugaron un papel determinante para llegar a ciertos acuerdos. Esto implica unas fortalezas. Pero quien las posee no las identifica. ¿Cómo remar hacia un negocio próspero si no ves de los que eres capaz, si no identificas tus mejores aptitudes?
Me gustaría que sigas leyendo para brindarte estrategias que te ayuden a localizar tus potencialidades y que puedas aplicarlas en los negocios. Veamos.
La primera estrategia acaso te parecerá algo abstracta pero lo cierto es que es un medio muy iluminador.
Escucha atentamente
La mayoría de las veces, estamos interactuando con las personas, hablando, gesticulando, reaccionando. Sin embargo, todas estas relaciones intersubjetivas no son realmente genuinas porque son, primero, relaciones instrumentales, y segundo, porque nos comportamos como autómatas. ¿Qué quiere decir esto? Que realmente solo una parte de nosotros está realmente en el presente, escuchando y observando lo que acontece.
La escucha atenta nos permite estar cien por cien metidos en el presente inmediato, en el ahora, lo que nos permite mirar y experimentar el mundo con una agudeza inusual. Y lo más importante, mirarnos a nosotros mismos, estar consciente de cómo hablamos y gesticulamos, el tono de nuestra voz, lo que decimos y cómo lo decimos, y qué efectos tiene esto en el otro. Todo esto ayudará a identificar con qué o cuáles fortalezas contamos.
Escribe
Pasa más con los hombres que con las mujeres, eso de negar u obviar las emociones. Saber cómo te sientes, pero más aún, saber expresarlo, nos ayuda a conocer mejor qué momentos nos generan sosiego, malestar, pesimismo o alegría. La escritura bien nos puede ayudar al respecto y, por lo tanto, a ver mejor nuestras cualidades internas.
Acércate al coaching
La orientación de un tercero no está de más cuando tratamos de buscar mecanismos que nos ayuden a identificar nuestras mejores aptitudes para los negocios, pero también para todo lo que la vida implica.
Hay más estrategias y consejos que podríamos aplicar para trabajar desde nuestro interior el autoconocimiento, que redunde en la construcción de un negocio próspero, pero estos son los más generales, para empezar a trazar ese camino de conocer nuestras fortalezas y orientarlas en los negocios y nuestra vida íntima.